Entendiendo la ciencia detrás del calentamiento global

El término «calentamiento global» se ha vuelto omnipresente en las noticias y las conversaciones cotidianas. Pero, ¿qué significa realmente? ¿De dónde surge este concepto y por qué es tan importante comprender la ciencia que lo sustenta?


La Tierra ha experimentado cambios climáticos naturales a lo largo de su historia. Sin embargo, el calentamiento global que observamos hoy en día es distinto. Desde finales del siglo XIX, la temperatura media global ha aumentado a un ritmo sin precedentes en los últimos miles de años. Este fenómeno se debe principalmente a la actividad humana y sus efectos se están dejando sentir en todo el planeta.

Comprender la ciencia detrás del calentamiento global es crucial para tomar decisiones informadas sobre nuestro futuro. Al adentrarnos en las causas y consecuencias de este fenómeno, podremos tomar medidas para mitigar sus efectos y adaptarnos a un planeta cambiante. En esta sección, sentaremos las bases para este viaje de conocimiento, explorando la historia del concepto de calentamiento global y destacando la importancia de la ciencia como guía para abordar este desafío global.

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El Efecto invernadero: Calentando el planeta naturalmente

Imagina a la Tierra como un gran invernadero. El sol envía constantemente radiación solar hacia el planeta, calentando su superficie. Parte de esta energía se refleja de nuevo hacia el espacio, pero otra parte es absorbida por la Tierra y liberada en forma de calor infrarrojo. Aquí es donde entran en juego los gases de efecto invernadero (GEI).

Los GEI, como el vapor de agua, el dióxido de carbono y el metano, actúan como una manta invisible en la atmósfera. Absorben parte de la radiación infrarroja emitida por la Tierra, atrapando el calor y evitando que escape por completo al espacio. Este efecto invernadero natural es fundamental para la vida en la Tierra, ya que mantiene el planeta a una temperatura habitable, evitando que se congele.

El equilibrio natural del efecto invernadero se está viendo alterado. Las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, están aumentando las concentraciones de GEI en la atmósfera. Esto hace que la Tierra atrape más calor del que emite, provocando un calentamiento gradual del planeta.

Efecto invernadero natural

El efecto invernadero natural funciona como un termostato gigante para la Tierra. Sin él, la temperatura promedio del planeta sería de unos -18°C, demasiado fría para que exista la vida tal y como la conocemos. Los GEI presentes de forma natural, como el vapor de agua y el dióxido de carbono emitido por la respiración y la descomposición orgánica, permiten que la Tierra retenga el calor necesario para mantener condiciones favorables para la vida.

Papel de los gases de efecto invernadero (GEI)

Los GEI son moléculas con una particularidad: absorben longitudes de onda específicas de la radiación infrarroja emitida por la Tierra. Al absorber esta energía, los GEI vibran, liberando parte de la energía como calor de regreso hacia la superficie terrestre. Este proceso de atrapamiento del calor es lo que mantiene el planeta caliente. La concentración natural de GEI en la atmósfera es esencial para regular la temperatura, pero un aumento descontrolado de estos gases altera su equilibrio, provocando un calentamiento global.

Principales gases de efecto invernadero

No todos los gases de efecto invernadero son creados igual. Algunos tienen un mayor potencial de calentamiento que otros, y sus fuentes también varían. Aquí analizaremos los principales GEI responsables del calentamiento global:

Dióxido de carbono (CO2)

El CO2 es el gas de efecto invernadero más abundante emitido por las actividades humanas. Su principal fuente es la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural para la generación de energía, el transporte y la calefacción. La deforestación también contribuye a un aumento del CO2 atmosférico, ya que los árboles absorben este gas durante la fotosíntesis.

El aumento de las concentraciones de CO2 en la atmósfera es alarmante. Desde la Revolución Industrial, las actividades humanas han incrementado el CO2 atmosférico en un 40%, atrapando más calor y contribuyendo significativamente al calentamiento global.

Metano (CH4)

El metano es un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO2 en atrapar calor en un lapso de 100 años. Aunque su concentración en la atmósfera es menor que la del CO2, su impacto en el calentamiento es considerable.

Las principales fuentes de emisiones de metano derivan de las actividades humanas. La agricultura, especialmente la ganadería rumiante, la producción de arroz y la descomposición de residuos orgánicos en vertederos generan grandes cantidades de metano. Las fugas de gas natural de la industria energética también contribuyen a su emisión.

Óxido nitroso (N2O)

El óxido nitroso es otro gas de efecto invernadero de gran preocupación. Es 265 veces más potente que el CO2 en atrapar calor en un período de 100 años. Su presencia en la atmósfera se debe principalmente a la actividad agrícola, donde se utiliza como fertilizante nitrogenado. Además, la quema de combustibles fósiles y la quema de biomasa también liberan óxido nitroso.

Las emisiones de óxido nitroso están aumentando a un ritmo preocupante, lo que sumado a su alta capacidad de calentar el planeta, lo convierte en un factor clave en el cambio climático.

Causas del calentamiento global: Desequilibrando la balanza energética

Chimenea industrial emitiendo humo, símbolo de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El calentamiento global no surge de la noche a la mañana. Es consecuencia de un desequilibrio energético en la Tierra. La energía del sol calienta el planeta, y parte de ese calor se irradia nuevamente hacia el espacio. Sin embargo, las actividades humanas están alterando este delicado equilibrio, provocando que la Tierra atrape más calor del que emite.

Aumento de las emisiones de GEI por actividades humanas

La principal causa del calentamiento global es el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) derivadas de las actividades humanas. Como vimos anteriormente, la quema de combustibles fósiles para generar electricidad, transportarnos y calentar nuestros hogares libera grandes cantidades de CO2 a la atmósfera.

Pero el problema va más allá. La deforestación, la industria manufacturera, la agricultura intensiva y la ganadería también contribuyen significativamente a las emisiones de GEI. La tala de bosques reduce la capacidad natural del planeta para absorber CO2, mientras que las actividades industriales liberan diversos gases contaminantes que actúan como GEI. La agricultura y la ganadería generan metano por la descomposición de residuos orgánicos y la fermentación entérica de los rumiantes, respectivamente.

Este incremento sostenido de las emisiones de GEI está alterando el balance energético de la Tierra. La atmósfera se comporta como una manta cada vez más gruesa, atrapando más calor solar y provocando un calentamiento gradual del planeta.

Deforestación y pérdida de sumideros de carbono

Los bosques juegan un papel crucial en la regulación del clima global. Actúan como sumideros de carbono, absorbiendo grandes cantidades de CO2 de la atmósfera a través de la fotosíntesis. Sin embargo, la deforestación a gran escala está destruyendo estos ecosistemas vitales.

La pérdida de bosques no solo reduce la capacidad natural para absorber CO2, sino que también libera grandes cantidades de este gas a la atmósfera a medida que se descompone la materia orgánica de los árboles talados. Este doble impacto de la deforestación contribuye significativamente al aumento de las concentraciones de GEI y al calentamiento global.

La deforestación está impulsada por diversos factores, como la tala para la producción de madera, la conversión de tierras para la agricultura y la ganadería, y la expansión urbana. Detener la deforestación y promover la reforestación son medidas fundamentales para mitigar el cambio climático y restaurar el equilibrio ecológico del planeta.

Efectos del calentamiento global

El calentamiento global no es un fenómeno teórico, ya estamos viendo sus consecuencias en todo el mundo. El aumento de la temperatura media global, aunque parezca pequeño, está provocando una serie de cambios drásticos en los sistemas climáticos de la Tierra.

Aumento de la temperatura media global

El efecto más evidente del calentamiento global es el aumento de la temperatura media global. Desde finales del siglo XIX, la Tierra se ha calentado aproximadamente 1 grado Celsius, lo que puede parecer insignificante. Sin embargo, este cambio aparentemente pequeño tiene un gran impacto en los patrones climáticos globales.

Las temperaturas más cálidas están provocando el derretimiento de los glaciares y las capas de hielo polar, lo que contribuye a la elevación del nivel del mar y la alteración de las corrientes oceánicas. Además, el aumento de la temperatura favorece la ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos como sequías, inundaciones, olas de calor e incendios forestales.

Derretimiento de glaciares y polos

Una de las consecuencias más preocupantes del calentamiento global es el derretimiento acelerado de los glaciares y las capas de hielo polar. Estas enormes reservas de agua dulce almacenada durante miles de años se están derritiendo a un ritmo alarmante, contribuyendo a la elevación del nivel del mar.

El derretimiento de los glaciares no solo amenaza las comunidades costeras, sino que también altera los ecosistemas dependientes del agua dulce proveniente del deshielo. Además, la pérdida de hielo en el Ártico reduce el albedo de la Tierra, la capacidad de reflejar la radiación solar. Esta disminución del albedo provoca un mayor calentamiento, creando un círculo vicioso que acelera el derretimiento del hielo.

Los efectos del calentamiento global son complejos y se interrelacionan. En la próxima sección, analizaremos otras consecuencias de este fenómeno y cómo estas repercuten en el planeta y sus habitantes.

Consecuencias del calentamiento global: Una amenaza multifacética

Zona afectada por sequía, mostrando las consecuencias del cambio climático.

El aumento de la temperatura global y los cambios en los patrones climáticos derivados del calentamiento global no son fenómenos aislados. Sus consecuencias se extienden por todo el planeta, afectando a los ecosistemas, la seguridad alimentaria, los recursos hídricos y las poblaciones humanas.

Impacto en ecosistemas y biodiversidad

El calentamiento global está provocando cambios drásticos en los ecosistemas de todo el mundo. El aumento de las temperaturas, la alteración de los patrones de precipitación y la acidificación de los océanos están generando estrés en las especies y hábitats naturales.

Muchas especies no logran adaptarse a la velocidad del cambio climático, lo que lleva a migraciones masivas, pérdida de biodiversidad y colapso de ecosistemas. Los arrecifes de coral, por ejemplo, son ecosistemas marinos altamente sensibles a la temperatura del agua. El aumento de la temperatura provoca el blanqueamiento y la muerte del coral, poniendo en peligro la rica biodiversidad que albergan estos ecosistemas.

La pérdida de biodiversidad no solo tiene un impacto ecológico, sino también económico y social. Los ecosistemas saludables brindan servicios vitales para la humanidad, como la regulación del clima, la producción de alimentos y la purificación del agua. El deterioro de estos servicios a causa del calentamiento global representa una amenaza para el bienestar humano y la sostenibilidad del planeta.

Amenaza a la seguridad alimentaria y recursos hídricos

El calentamiento global está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria mundial. Los cambios en los patrones de precipitación, las sequías extremas y las inundaciones están afectando la productividad agrícola en diversas regiones del mundo.

El aumento de las temperaturas también reduce la disponibilidad de agua dulce para la agricultura. Los glaciares, que actúan como reservas de agua dulce natural, se están derritiendo a un ritmo acelerado, lo que limita el suministro de agua para riego en épocas de sequía.

La combinación de estos factores amenaza la producción de alimentos a nivel global, pudiendo generar escasez y aumento de los precios de los alimentos. Las poblaciones más vulnerables, especialmente en países en desarrollo, son las que más sufren las consecuencias de la inseguridad alimentaria derivada del cambio climático.

Desplazamientos forzados por eventos climáticos extremos

El calentamiento global está provocando un aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, inundaciones, huracanes y tormentas tropicales. Estos eventos destruyen viviendas, infraestructura y medios de subsistencia, obligando a las personas a desplazarse de sus hogares en busca de refugio y seguridad.

Las migraciones forzadas provocadas por el cambio climático representan un desafío humanitario de gran magnitud. Las personas desplazadas se enfrentan a la falta de alimentos, agua potable y servicios básicos, además de la incertidumbre de poder reconstruir sus vidas en un nuevo lugar.

La comunidad internacional necesita desarrollar estrategias para abordar el problema de los desplazamientos forzados por el clima. Esto implica brindar asistencia humanitaria a las poblaciones afectadas, así como implementar medidas para la adaptación al cambio climático que permitan a las comunidades vulnerables construir resiliencia frente a los desastres naturales.

La ciencia y el debate climático: Separando la realidad de la ficción

El cambio climático es un tema complejo y a veces controversial. Sin embargo, la evidencia científica que lo respalda es sólida y proviene de múltiples disciplinas. En esta sección, exploraremos la base científica del calentamiento global y cómo disipar los mitos que rodean este fenómeno.

Evidencia científica del calentamiento global causado por humanos

Un amplio consenso científico, basado en miles de estudios y observaciones realizadas a lo largo de décadas, confirma que el calentamiento global es real y está causado principalmente por las actividades humanas. El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, como el dióxido de carbono y el metano, se correlaciona directamente con el incremento de la temperatura media global.

Las líneas de evidencia que apuntan al origen humano del calentamiento global son múltiples. Los núcleos de hielo extraídos de los glaciares muestran un registro histórico de las concentraciones de gases de efecto invernadero y la temperatura. Este registro revela un aumento significativo de CO2 coincidente con el inicio de la Revolución Industrial, época en la que se intensificó la quema de combustibles fósiles.

Además, los modelos climáticos desarrollados por científicos son herramientas sofisticadas que permiten simular el comportamiento del sistema climático global. Estos modelos, alimentados con datos sobre las emisiones de GEI, la radiación solar y otros factores, predicen con precisión el calentamiento observado en las últimas décadas. El continuo aumento de las concentraciones de GEI, según estos modelos, provocará un mayor calentamiento en el futuro si no se toman medidas para mitigarlo.

Papel de los modelos climáticos y su desarrollo

Los modelos climáticos juegan un papel fundamental en la comprensión del cambio climático y la predicción de sus impactos futuros. Estos modelos son herramientas computacionales complejas que simulan el funcionamiento del sistema climático global, teniendo en cuenta factores como la circulación atmosférica, los océanos, la biosfera y el ciclo del carbono.

El desarrollo de los modelos climáticos es un proceso continuo de investigación y mejora. Los científicos incorporan constantemente nuevos datos y conocimientos científicos a estos modelos, aumentando su precisión y capacidad para representar la complejidad del sistema climático. Los modelos climáticos son esenciales para evaluar los escenarios futuros del cambio climático bajo diferentes trayectorias de emisiones de GEI.

Si bien ningún modelo es perfecto, el acuerdo entre los resultados de múltiples modelos diferentes proporciona una base sólida para la toma de decisiones informadas sobre la mitigación y adaptación al cambio climático.

Soluciones al calentamiento global

El panorama del cambio climático puede parecer desalentador, pero no estamos condenados a la inacción. Existen soluciones viables para mitigar el calentamiento global y adaptarnos a sus efectos inevitables. En esta sección, exploraremos las principales estrategias que podemos implementar para enfrentar este desafío global.

Mitigación: Reduciendo las emisiones de GEI

La mitigación del cambio climático se centra en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el calentamiento global. Esto implica una transformación profunda de los sistemas energéticos, industriales y agrícolas actuales.

La transición hacia fuentes de energía renovable como la solar, eólica, geotérmica e hidráulica es fundamental para descarbonizar la producción de electricidad. La inversión en tecnologías de eficiencia energética también juega un papel crucial en la reducción de la demanda de combustibles fósiles.

Además, la promoción de prácticas sostenibles en la agricultura y la ganadería son necesarias para disminuir las emisiones de metano y óxido nitroso. Esto incluye técnicas de manejo del suelo que favorecen la captura de carbono, así como la reducción del uso de fertilizantes nitrogenados sintéticos.

Transición hacia energías renovables

Las energías renovables son fuentes limpias e inagotables que representan la alternativa más viable para descarbonizar la producción de energía y mitigar el cambio climático. La energía solar, eólica, geotérmica e hidráulica ofrecen un enorme potencial para satisfacer la demanda energética mundial sin generar emisiones de gases de efecto invernadero.

La tecnología renovable ha experimentado un gran avance en los últimos años, reduciendo sus costos y aumentando su eficiencia. Las políticas gubernamentales que incentiven la inversión en energías renovables, junto con el desarrollo de infraestructura para la transmisión y almacenamiento de energía, son fundamentales para acelerar la transición energética hacia un futuro sostenible.

La adopción de las energías renovables no solo beneficia el medio ambiente, sino que también fomenta la creación de empleos verdes, la independencia energética y la seguridad del suministro energético a largo plazo.

Adaptación al cambio climático: Preparándonos para lo inevitable

El cambio climático ya está ocurriendo y sus efectos se seguirán sintiendo en el futuro, independientemente de los esfuerzos por reducir las emisiones de GEI. La adaptación se centra en prepararnos para los impactos del calentamiento global y minimizar los daños que causen.

Medidas para reducir el impacto del calentamiento global

Las medidas de adaptación al cambio climático son fundamentales para proteger a las comunidades, los ecosistemas y la infraestructura de los efectos del calentamiento global. Estas medidas abarcan una amplia gama de acciones, desde la construcción de diques para proteger las zonas costeras de la subida del nivel del mar hasta el desarrollo de variedades de cultivos resistentes a la sequía.

La planificación urbana sostenible es crucial para la adaptación al cambio climático. Implementar medidas como la creación de espacios verdes urbanos, la mejora de los sistemas de drenaje y la construcción de viviendas energéticamente eficientes contribuyen a mitigar los efectos de las olas de calor y las inundaciones.

La adaptación también implica cambios en las prácticas agrícolas y de gestión de recursos hídricos. Implementar sistemas de riego eficientes, diversificar los cultivos y desarrollar planes de contingencia ante sequías e inundaciones son acciones clave para garantizar la seguridad alimentaria y el suministro de agua en un clima cambiante.

Infraestructura resistente al clima

El cambio climático exige una reevaluación de la infraestructura actual y la construcción de nuevas infraestructuras resistentes a sus efectos. Las carreteras, puentes, presas y edificios deben diseñarse y construirse teniendo en cuenta la mayor frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos.

Invertir en infraestructura resistente al clima no solo protege a las comunidades de los daños causados por los desastres naturales, sino que también reduce los costos de reconstrucción a largo plazo. Se requieren evaluaciones de riesgos climáticos para identificar las zonas vulnerables y priorizar las inversiones en infraestructura resiliente.

La adaptación al cambio climático es un proceso continuo que requiere cooperación a nivel local, nacional e internacional. Las comunidades, los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil deben trabajar juntos para desarrollar e implementar estrategias de adaptación efectivas.

¿Qué podemos hacer nosotros?

Reforestación, una acción individual para contribuir a la lucha contra el cambio climático.

El cambio climático puede parecer un desafío inmenso, pero todos podemos contribuir a la solución. Desde nuestros hábitos de consumo hasta nuestra participación ciudadana, existen numerosas acciones que podemos tomar para mitigar el calentamiento global y adaptarnos a sus efectos.

Cambios en hábitos de consumo

Las decisiones que tomamos a diario en cuanto a nuestro consumo tienen un impacto en el medio ambiente. Optar por un transporte sostenible, como la bicicleta, el transporte público o caminar, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al uso del automóvil particular.

En el hogar, implementar medidas de ahorro energético como apagar las luces y electrodomésticos que no se estén usando, utilizar bombillas LED y ajustar la temperatura del termostato son acciones sencillas que contribuyen a reducir la demanda de energía proveniente de fuentes fósiles.

Además, podemos ser consumidores responsables, optando por productos con menor huella de carbono y empaques sostenibles. Informarnos sobre las prácticas ambientales de las empresas que consumimos nos permite tomar decisiones conscientes y apoyar a aquellas comprometidas con la sostenibilidad.

Reducir nuestra huella de carbono

La huella de carbono es un indicador que mide la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por nuestras actividades cotidianas. Calcular nuestra huella de carbono es un primer paso para identificiar áreas de mejora en nuestro estilo de vida. Existen diversas herramientas online gratuitas que nos permiten realizar este cálculo.

Una vez que conocemos nuestra huella de carbono, podemos tomar medidas para reducirla. Además de las acciones mencionadas anteriormente, podemos optar por una alimentación más sostenible, reduciendo el consumo de carne roja y productos con alta huella de carbono asociada a su transporte y producción.

Asimismo, podemos compensar nuestras emisiones de carbono apoyando proyectos de forestación o energía renovable. Si bien la compensación no es una solución a largo plazo, puede contribuir a mitigar nuestro impacto mientras trabajamos en reducir nuestras emisiones en la fuente.

Informarnos y educar a otros

La educación y la toma de conciencia son fundamentales para abordar el cambio climático. Informarnos sobre los efectos del calentamiento global y las soluciones disponibles nos permite tomar decisiones responsables y participar activamente en la búsqueda de soluciones.

Compartir nuestro conocimiento con familiares, amigos y vecinos también es clave. Podemos generar conciencia sobre el cambio climático a través de conversaciones cotidianas, compartiendo información verídica y fomentando hábitos sostenibles en nuestro entorno cercano.

Además, podemos apoyar a organizaciones ambientales que trabajan en la lucha contra el cambio climático. Participar en campañas de sensibilización, voluntariados o iniciativas ciudadanas son formas de contribuir a un movimiento global por la sostenibilidad.

Juntos, a través de pequeños cambios en nuestros hábitos y una participación activa en la toma de conciencia, podemos marcar una gran diferencia en la lucha contra el cambio climático.

Un futuro sostenible depende de nosotros

La ciencia del calentamiento global es clara y preocupante. El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, consecuencia principalmente de las actividades humanas, está provocando un aumento de la temperatura media global y alterando los patrones climáticos. Estos cambios ya se están haciendo sentir en todo el planeta, con impactos sobre los ecosistemas, la seguridad alimentaria, los recursos hídricos y las poblaciones humanas.

Negar la realidad del cambio climático o subestimar su gravedad no solo es imprudente, sino que también nos impide tomar las medidas necesarias para afrontarlo. La buena noticia es que aún estamos a tiempo de actuar. Existen soluciones viables para mitigar el calentamiento global y adaptarnos a sus efectos inevitables.

Importancia de la acción colectiva para mitigar y adaptarnos

Enfrentar el cambio climático exige una acción colectiva a nivel global. Gobiernos, empresas, científicos, comunidades y ciudadanos comunes, todos tenemos un papel que desempeñar. Los gobiernos deben establecer políticas sólidas para promover la transición hacia energías renovables, la eficiencia energética y prácticas sostenibles en la agricultura y la industria.

El sector privado tiene la responsabilidad de desarrollar e implementar tecnologías limpias y modelos de negocio sostenibles. La comunidad científica debe continuar investigando las causas y consecuencias del cambio climático, así como las soluciones tecnológicas y sociales para abordarlo.

Pero el cambio no solo viene de arriba. La ciudadanía tiene un rol fundamental en la lucha contra el calentamiento global. Desde la adopción de hábitos de consumo sostenibles hasta la participación en iniciativas ciudadanas y la exigencia de políticas ambientales efectivas, todos podemos contribuir a un futuro más verde.

Un futuro sostenible depende de las decisiones que tomemos hoy

El camino hacia un futuro sostenible requiere una transformación profunda de nuestro sistema energético, económico y social. Debemos priorizar la innovación tecnológica y la cooperación internacional para enfrentar este desafío global.

Sin embargo, el cambio también comienza a nivel individual. Las decisiones que tomamos a diario, desde cómo nos transportamos hasta los productos que consumimos, tienen un impacto en el medio ambiente. Al ser más conscientes de nuestra huella ecológica y optar por estilos de vida sostenibles, podemos contribuir a un planeta más saludable para las generaciones futuras.

La Tierra es nuestro hogar, y su futuro depende de las decisiones que tomemos hoy. Juntos, podemos construir un futuro sostenible donde la humanidad y el planeta puedan coexistir en armonía.

Glosario de términos clave

Comprender el cambio climático requiere familiarizarse con algunos términos científicos y técnicos. A continuación, te dejo un glosario con definiciones breves y claras de conceptos clave abordados en este contenido.

  • Calentamiento Global: Aumento de la temperatura media global de la Tierra causado principalmente por el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
  • Gases de Efecto Invernadero (GEI): Moléculas presentes en la atmósfera que absorben parte de la radiación infrarroja emitida por la Tierra, atrapando el calor y evitando que escape por completo al espacio.
  • Efecto Invernadero Natural: Fenómeno natural que permite mantener la temperatura del planeta en un rango habitable gracias a la presencia de GEI naturales como el vapor de agua y el dióxido de carbono emitido por la respiración y la descomposición orgánica.
  • Efecto Invernadero Potenciado: Aumento del efecto invernadero natural debido a las actividades humanas, que incrementan las concentraciones de GEI en la atmósfera, causando un desequilibrio energético y un calentamiento global acelerado.
  • Dióxido de Carbono (CO2): Principal gas de efecto invernadero emitido por las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la producción de cemento.
  • Metano (CH4): Gas de efecto invernadero con un alto potencial de calentamiento, emitido por la agricultura, la descomposición de residuos orgánicos y la industria del gas natural.
  • Óxido Nitroso (N2O): Gas de efecto invernadero emitido principalmente por la actividad agrícola, como el uso de fertilizantes nitrogenados.
  • Huella de Carbono: Medida del total de gases de efecto invernadero emitidos por una persona, organización o evento a lo largo de un periodo determinado.
  • Energías Renovables: Fuentes de energía limpias e inagotables como la solar, eólica, geotérmica e hidráulica, que no producen emisiones de gases de efecto invernadero durante su generación.
  • Adaptación al Cambio Climático: Acciones que se implementan para prepararse y reducir los impactos negativos del calentamiento global, como la construcción de diques para proteger las zonas costeras o el desarrollo de cultivos resistentes a la sequía.
  • Mitigación del Cambio Climático: Estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura global.